La exposición de la que voy a hablar es la que se presenta en el Museo Reina Sofía de Madrid hasta el 25 de Febrero de 2013. Dedican en esta ocasión, una exposición monográfica a la pintora cubista María Blanchard. La exposición es sencilla y hace un recorrido por los diferentes periodos que paso la artista, desde sus comienzos en una España regeneracionista, pasando por el París de Picasso y Juan Gris, hasta el retorno a las formas inscribiéndose en la Nueva Objetividad. Ramón Gómez de la Serna describió a la pintora como "Menudita, con su pelo castaño despeinado en flotantes abuelos, con su mirada de niña, mirada susurrante de pájaro con triste alegría".
El color de este periodo es rico, con abundantes rojos, verdes...que no perderá en su etapa cubista, distinguiéndose de sus dos compatriotas Juan Gris y Pablo Picasso que utilizarán colores más apagados, marrones o grises. De ahí, que F.Picabia hable del "cubismo como una gran mole de mierda". Pero esta frase no es aplicable a la pintura de María Blanchard que desprende color y fuerza.
Mientras que Gris y Picasso repetirán sucesivamente los grandes iconos del cubismo como son la botella, el periódico, la copa o la mandolina, Blanchard jugará con la mujer como principal elemento. Interesante la segunda sala donde se aprecian cuadros de esa temática de la mujer con abanico, pasando ya a un estilo cubista propio. Su estilo es de un cubismo plano, de colores puros. Se aprecian en varias de las Composiciones que se muestran en la exposición.
Interesante es fijarse en cómo la firma va variando a lo largo de su carrera artística. Empieza firmando como M.GUTIÉRREZ. Posteriormente relega el primer apellido por el segundo, M.G.BLANCHARD, para finalmente eliminar la G. Su madre se llamaba Concepción Blanchard y Santiesteban, y María opto por utilizar su apellido materno, más artístico.

A su regreso a España, la pintora vuelve a la figuración. El año 1927 está marcado por una crisis espiritual que la volcó hacia la fe cristiana. Maternidades, niños y niñas. Destacó cierto influjo de la pintura de Tamara de Lempika en cuanto a la monumentalidad de las figuras. Se ve claramente en su pintura La maternidad.
En general la exposición es simple, coherente y sin grandes sorpresas. Te haces buena idea de la pintora, pero la consideré aburrida y sosa. Se puede mostrar otra cara de la pintora, que dentro de su vida dramática, realiza obra de una dulzura inigualable.